Volvemos a Barcelona

 21 de enero de 2024

Hoy amaneció lloviendo, nos levantamos a las 6 de la mañana y salimos bajo la lluvia hasta la estación de JR que nos quedaba a 15 minutos del hotel. Las capuchas de los abrigos nos salvaron de mojarnos mucho. Por suerte es domingo y los trenes no van muy llenos. Finalmente llegamos a la estación de Tokio, reservamos el Nariga express que es el tren que te lleva al aeropuerto de Narita, y por suerte pudimos coger el que tenía planificado.

Una hora más tarde llegamos al aeropuerto. Ya teníamos el checking hecho y las maletas las dejamos nosotros mismos. En una pantalla pones la tarjeta de embarque, te saca la etiqueta y tú mismo la pones en la cinta. Esperemos que no se queden por el camino y lleguen con nosotros a Barcelona. 

Desayunamos unos perritos calientes, cerveza para Xavi y chocolate frío para mi. Luego fuimos a gastar el poco dinero que nos quedaba en las tiendas de souvenirs. Abordamos en hora, sin problemas. Esta vez nos tocó ir en la cola del avión, así que íbamos cómodos, las primeras dos horas hubo bastantes turbulencias. Comimos sujetando los vasos y la bandeja porque se movía todo como en un terremoto. Por primera vez nos ofrecieron pescado en un vuelo, la otra opción era tofu, así que elegimos pescado. 

Dormimos poco, quizás una media hora en todo el vuelo y aprovechamos para ver películas. A medio camino nos dieron un bocadillo y agua. Yo había visto al chico de delante comer ramen en un vaso y pensé que era suyo, pero luego al ir al baño, vi en la cocina que podías prepararte tu propio ramen. Ya no tenía hambre así que cogí un zumo de tomate. 

Una hora y media antes de aterrizar, nos volvieron a dar comida, esta vez no dieron opciones, era pasta con tomate para todos. 

Aterrizamos en Amsterdam con bastante movimiento porque había mucho viento, y terminé un poco mareada por no tomar la pastilla del mareo con tiempo suficiente. Fuimos casi los últimos en bajar del avión. Llegamos con media hora de retraso, pero aún teníamos 3 horas por delante en el aeropuerto.

Como siempre aprovechamos para mirar las tiendas y compramos queso holandés.

Volamos sin contratiempos a Barcelona. Recogimos las maletas y nos fuimos en coche a casa. Llegamos pasada la media noche. Hasta aquí nuestro viaje por Corea y Japón, nos quedamos con muchas ganas, así que volveremos. 











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